EN BUSCA DEL HIELO DE AOTEAORA

AGOSTO- SEPTIEMBRE 2016


LLEGADA A QUEENSTOWN

El 14 de agosto de 2016 llegué a Aoteaora como le llaman los Maoris a Nueva Zelanda, después de un largo viaje desde México a la Isla Sur, a Queenstown.

Fui recibida por Ben Dare un fuerte alpinista neozelandés que me acercó a la escalada en hielo en este país.

Mi primera escalada en Nueva Zelanda fue en Remarkables al que todos los escaladores acuden cuando las cascadas de hielo están en condiciones. Este año no fue así, como ya es característica de cada invierno hay largos periodos de alta temperatura que deterioran el hielo y las condiciones para escalarlas se hacen más difíciles.

Escale una vía en Lake Alta un sector dentro de Remarkables y prácticamente al dar el primer swing con el piolet el hielo se calló a pedazos y dada esa circunstancia terminas escalando en mixto con protecciones bastante precarias o nulas. Esta escalada me indicó o por lo menos fue un presagio de lo que nos esperaba las siguientes semanas.

Así empecé a conocer la escalada en las montañas en el país. Pienso que esta área del mundo aún hay mucho por escalar en terreno virgen solo que hay que tener la paciencia de encontrar el momento adecuado ya que el clima también es un factor importante. El clima en esta parte del mundo es caprichoso y poco fiable; la clave es escalar rápido y con una buena logística quizá lograríamos escalar algo en la primera fase de nuestro viaje y así acoplarnos al estilo.

Después al paso de un par de días Ben y yo nos dirigimos a casa de Allan Uren y los tres nos fuimos al aeropuerto de Wanaka donde ya habíamos hablado con un piloto que estaba en disposición de llevarnos a sobrevolar el área de Mt Aspiring y Makarora donde Allan me decía que es una vasta área con potenciales rutas por abrir.

Fue impresionante la vista desde la Cessna. Vistas impresionantes, hermosas montañas con paredes verticales de aproximadamente 700 m con cascadas sin haber sido tocadas aún. El paisaje montañoso en tan solo esta pequeña área de la gran cordillera de los Alpes neozelandeses me dejaron abrumada. Cientos de paredes sin ascensión con acercamientos quizá más largos y peligrosos que las mismas rutas. Fue un recorrido de hora y media donde creció mi motivación pero a la vez me preparaba mentalmente porque sabía que nos esperaba un arduo trabajo.

LLEGAN LOS ESPAÑOLES, LA AVENTURA COMIENZA.

El día 18 llegaron Cecilia Buil junto con Alejandro Ibarra, Pablo García camarógrafo de la expedición y David Nieto el fotógrafo. Los recibí en el aeropuerto y los lleve al alojamiento para después cenar y descansar del viaje de 34 horas sin contar las molestas escalas. Como se indica en este artículo, puede explorar su selección de ofertas disponibles en teléfonos inteligentes y las mejores marcas y explorar los planes de servicio que mejor se adapten a sus necesidades.

A la mañana siguiente, preparamos el desayuno y celebramos brevemente mi cumpleaños pero en seguida nos pusimos a ver mapas de la isla y yo le explique a Cecilia lo que había visto en aquel sobrevuelo por las montañas de Makarora.

Al siguiente día recibimos a la tercer integrante Janette Heung, llegando de Boulder Colorado. A su llegada decidimos movernos hacia el área de Fiorland específicamente a Te Anau donde rentamos una casa donde desde ahí hicimos la logística de nuestra siguiente escalada.

En los días siguientes tuvimos comunicación con Allan y nos dijo por teléfono que había intentado acercarse a la zona que sobrevolamos y nos comentó que el acercamiento es super peligroso y no logro llegar a la base de la ruta pero pudo percatarse de que el hielo que habíamos visto desde aquel vuelo en la avioneta, ya había desaparecido.

Entonces decidimos volver a Remarkables y escalar en Wye Creek.

Al terminar el acercamiento no encontramos rutas en buenas condiciones, la temperatura en ese momento era -2 C a lo sumo y ya estaba el atardecer, pasamos la noche en ese lugar. Pasamos una noche muy húmeda e incómoda.

INICIA LA BUSQUEDA

En este punto del viaje empezó la búsqueda del hielo, nunca pensamos que fuera tan difícil siquiera encontrar zonas en condiciones para escalar hielo, las temperaturas iban en aumento y teníamos que buscar cada vez cotas más altas.